| Siento que sea demasiado rara su habitación, pero es tal y como la imaginé para ella xD
Su habitación es la número trece, y es más bien algo pequeña respecto al espacio, pero es algo más alta de lo normal, de tres metros de alto, más o menos. Las paredes están pintadas con un tono pastel entre verde y azul, con toques grises, de modo que se parece mucho al tono de su cabello. En las paredes hay dibujos de bambú por todas partes, como si fuera un bosque, pero pintado como si todo fuera una caricatura. El suelo es totalmente de madera, una madera algo vieja que da un aspecto retro a la habitación, y no hay trampillas ni nada que pueda delatar su escondrijo. La puerta es de un color blanco manchado, como si fuera vieja, y hay un cartel colgado en el que pone: ユリカ。ルームナンバーサーティーン。
Significa: Yurika. Habitación número trece. Además, Sayu siempre deja un papel en el marco de la puerta, de modo que si alguien entra se caerá, y es muy difícil darse cuenta, pues es un trozo muy pequeño. Además, también deja una hoja de hiedra en el suelo, bajo la puerta. Cuando ella entra, la pisa para que no se mueva del sitio. Si no está donde debe, es que alguien ha entrado en su cuarto... Por lo que cuidado. Es lo único que puede llegar a enfadarla. Detrás de la puerta hay tres cerrojos, por si acaso, aunque solo fuera necesario uno, pero a Yurika le gusta el ritual de poner y quitar los tres. Hay varios cuadros a lo largo de la habitación, todos de motivos de nubes, plantas y osos pandas. En el techo, la razón por la que sea tan alto es que hay plantas que cuelgan más o menos un metro. Son largas y grandes, y aunque a algunos les puede resultar horrible tener plantas en el techo, a Sayu le resulta relajante dormir mirando esas enredaderas tan bonitas. Siempre deja las ventanas del fondo abiertas, para poder dormir y no morir por falta de oxígeno, aunque el aire se filtra por debajo de la puerta. Las cortinas de la ventana son blancas y llegan hasta el suelo. En la esquina del fondo de la habitación, por la derecha, se encuentra su cama. Es un diván, un sofá cama que cubre toda la esquina, y bastante pequeño. Ella suele dormir allí, encogida o sentada, pero no en una cama normal. En el sofá hay un peluche con un panda comiendo bambú, y cuatro cojines, todos blancos al igual que el diván, con detalles grises de diminutos osos pandas apenas apreciables. Frente al sofá cama hay una mesa de café con una taza blanca, y al lado suele haber una cajita con azúcar moreno. Le encanta tomar café por la tarde, le encanta. En el cajón de la mesa, el único, hay una serie de libros y revistas que tiene ahí para leerlas. Le gusta mucho encerrarse en su habitación para leer.
Luego, en la parte izquierda de la habitación, es todo una larga encimera blanca con un par de sillas de ruedas. Y sobre la encimera, un montón de hojas escritas, bolígrafos, clips, borraduras y carpetas, todas llenas de dibujos y escritos que ha ido acumulando ella con el paso del tiempo. Entre todas ellas, se encuentra también su diario, escondido dentro de un cuaderno viejo que no llamaría a nadie la atención. Este cuaderno, que oculta sus secretos, su diario, está a plena vista, pero da igual. Como acabo de decir, a nadie le llamaría la atención. Y, si pensáis que esa mesa es toda para que pueda escribir y trabajar, estáis equivocados. En realidad, la usa para impulsarse con las sillas de ruedas -no las de los hospitales, las de los escritorios-. Es algo que le oculta a todo el mundo, pero le gusta rodar en ese tipo de asientos. Es algo infantil de su carácter. Por último, en la esquina derecha más cercana a la puerta de su habitación hay un enorme armario con ropa en su interior, toda la misma, y zapatos, ropa interior, etc, además de un precioso gorrito con orejas de panda. A su lado hay un enorme sofá bolsa, de esos tan modernos y blandos que se llevan ahora. Tiene hocico y orejas de panda, y es negro con enormes manchas blancas. A Yurika le priva sentarse en él. En el asiento hay una cremallera, y os aviso de que ese pequeño sofá bolsa no se puede mover de donde está, pues está cosido al suelo. Si abres la cremallera y "nadas" un poco por el relleno del sofá, encuentras una trampilla en el suelo, permanentemente oculta por el asiento, y no hay otra manera posible de acceder a ella. Al abrirla, bajas a un pequeño sótano de madera, en el que Sayu tiene todas sus partituras y letras de canciones, además de recetas. Sus pequeños tesoros. En la pared izquierda de esa sala secreta, está una pizarra colgada con distintos apuntes sobre cosas que tiene que hacer, y al lado hay una guitarra blanca que usa cuando tiene que dar vida a sus canciones. También hay un micrófono en el suelo, y al lado, en el centro, hay un piano. Por si os lo preguntabais, la familia de Yurika tiene bastante dinero para poder haberle pagado esa habitación. Y en el fondo del cuarto subterráneo, hay un pequeño sofá, nada comparado con los de arriba. Es marrón, a juego con esa pequeña habitación.
Comunicando con el cuarto de arriba de este pequeño lugar secreto de Sayu, hay un pequeño baño, todo verdoso y con baldosas de bambú. La puerta que conecta la habitación de Yurika con el baño es blanca, muy parecida a la que da con el pasillo. Y algo que me faltaba decir: para volver a subir a la habitación de arriba, hay que subir un par de escaleras y volver a pasar por la trampilla y el relleno del sofá, el que es blando y esponjoso como el algodón.
Edited by Appuru~Chan - 11/8/2011, 00:04
|
